CUADERNO DE BITÁCORA DE LA CIUDAD INVISIBLE
Bien podría ser esta travesía una historia de amor, pero de esos imposibles, en los que el sufrimiento se apodera de cada capítulo. Nuestro viaje es un ir y venir de sentimientos contradictorios, que se entremezclan para confundirnos. No sé lo que nos deparará el destino. Esta incertidumbre funde en un solo cuerpo el deseo que me empuja a seguir a través del espacio-tiempo, con la agonía de pensar que el final de nuestros días no será el que espero.
(RÁFAGA)
Sería una verdadera tragedia de Shakespeare que nuestra existencia acabara en ese amor imposible, irrealizable. Que esta tripulación no atisbara esa tierra prometida que tanto ama. A este drama, del que prefiero ni pensar, le sumaría el sabor amargo de la venganza premeditada. Sentimiento que, seguro, afloraría en mis entrañas, contra todo aquel rival que me hubiera impedido continuar mi camino por esta procelosa mar de ondas hertzianas.
(RÁFAGA)
Es el amor alocado el que provoca que el ser humano se ponga en el límite de su propio precipicio. No me gusta teñir las aguas de sangre y dolor. No es ese motivo el que me lleva a tal extremo pasional, sino la ambición más pura que puedas imaginar, unida a un deseo tan poderoso, tan irracional, por alcanzar mis objetivos, que ni el más impetuoso amante podría comprenderlo.
(RÁFAGA)
Sólo espero que el destino no convierta este deseo que tanto anhelo, y que tanto sufrimiento me produce, en un utópico sueño propio de una tarde de verano. Y que todos estos sentimientos que se amontonan en mi cuerpo, aún siendo contradictorios, sirvan, de alguna manera, para acabar junto a mi amada Ciudad Invisible.
FUNDIR CON DESEADA AMARGURA AMOROSA
Bien podría ser esta travesía una historia de amor, pero de esos imposibles, en los que el sufrimiento se apodera de cada capítulo. Nuestro viaje es un ir y venir de sentimientos contradictorios, que se entremezclan para confundirnos. No sé lo que nos deparará el destino. Esta incertidumbre funde en un solo cuerpo el deseo que me empuja a seguir a través del espacio-tiempo, con la agonía de pensar que el final de nuestros días no será el que espero.
(RÁFAGA)
Sería una verdadera tragedia de Shakespeare que nuestra existencia acabara en ese amor imposible, irrealizable. Que esta tripulación no atisbara esa tierra prometida que tanto ama. A este drama, del que prefiero ni pensar, le sumaría el sabor amargo de la venganza premeditada. Sentimiento que, seguro, afloraría en mis entrañas, contra todo aquel rival que me hubiera impedido continuar mi camino por esta procelosa mar de ondas hertzianas.
(RÁFAGA)
Es el amor alocado el que provoca que el ser humano se ponga en el límite de su propio precipicio. No me gusta teñir las aguas de sangre y dolor. No es ese motivo el que me lleva a tal extremo pasional, sino la ambición más pura que puedas imaginar, unida a un deseo tan poderoso, tan irracional, por alcanzar mis objetivos, que ni el más impetuoso amante podría comprenderlo.
(RÁFAGA)
Sólo espero que el destino no convierta este deseo que tanto anhelo, y que tanto sufrimiento me produce, en un utópico sueño propio de una tarde de verano. Y que todos estos sentimientos que se amontonan en mi cuerpo, aún siendo contradictorios, sirvan, de alguna manera, para acabar junto a mi amada Ciudad Invisible.
FUNDIR CON DESEADA AMARGURA AMOROSA
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